La alcaldesa de Avilés asegura que la empresa está cumpliendo con los compromisos adquiridos con el IDEPA: 75 empleos hasta 2012
Saúl FERNÁNDEZ / E. P.
La plantilla al completo de Konecta BTO, según los sindicatos, secundó ayer la jornada de huelga contra los 82 despidos anunciados por la compañía y la amenaza de una regulación de empleo para el resto del personal de la empresa de telemarketing que llegó a Avilés auspiciada por las ayudas del Instituto de Desarrollo Económico del Principado de Asturias (IDEPA) y del Ayuntamiento de Avilés.
Pilar Varela, alcaldesa de Avilés, aseguró ayer que Konecta BTO, «ha cumplido» todos sus compromisos derivados de la subvención recibida por parte del IDEPA. «Tenían que tener 75 empleados hasta el año 2012, y eso se está cumpliendo, y que no quepa duda a nadie, que si no se cumpliera la administración le retiraría las ayudas». La regidora avilesina opina que se ha tergiversado la crisis en la empresa subvencionada, ya que esta cuenta con trabajadores indefinidos y otros con contrato de fin de obra, y «en la caso de los últimos siempre se genera inestabilidad y cuando un cliente fuerte como es Telefónica merma su encargo a la empresa, ocurren estas cosas», señaló.
La jornada huelga comenzó a primera hora de la mañana, cuando los trabajadores -la mayor parte, mujeres- bloquearon los accesos a los locales que la firma tiene en Camino de Heros. Las únicas personas que accedieron a la empresa, según los huelguistas, fueron el director, Aurelio Marrón, la responsable de recursos humanos, la supervisora de la campaña de Telefónica, un coordinador y tres trabajadores. «Además, escoltados por la policía; como si nos tuvieran miedo», señaló una empleada en huelga.
Representantes de IU -Fernando Díaz Rañón, Purificación García-, del PP -Constantino Álvarez y José Luis Garzón- y el concejal Antonio Sabino participaron en la movilización, a las puertas del centro. En esta concentración no hubo ningún representante socialista. Ni de ASIA.
Algunos empleados de Konecta ADG -filial del grupo- se sumaron también al paro, pese a que, por el momento, no se han visto afectados por las medidas de reestructuración defendidas por la dirección. La concentración de trabajadores contó con la vigilancia policial.
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